A veces por facebook una se entera de cosas que nunca querría saber, mejor dicho, de cosas que nunca querría que ocurrieran, jamás… Como la muerte de un amigo.
Ayer por pura casualidad me enteré de la desaparición de Charlie Oviedo, uno de los mejores baterías que he conocido y lo mejor de todo, una persona con una gran humanidad.
Nos conocimos hace muchos años y trabajamos juntos en varios proyectos musicales, incluso colaboró también en mi proyecto personal acompañándome en algunos conciertos. Era un placer tocar con él, muy versátil y buen profesional. Uno de esos baterías que lo tenían todo estudiado, anotaba y leía sus partituras y, sobretodo, ESCUCHABA. Sabía cuál era el papel que debía tener su instrumento en todo momento y se adaptaba perfectamente a las necesidades.
Su sueño era comprarse una casita y volver a su Uruguay natal dentro de unos años… Por desgracia no se cumplió y su pérdida nos duele a todos los que tuvimos el placer de conocerle porque era un gran músico, pero sobretodo UN BUEN TÍO.
Querido Charlie, un gran abrazo allá donde estés, te echaremos de menos.
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